Érase una vez, vivió un guapo Tabby Supermodel en un pueblo llamado Novato. Un día, el Tabby le preguntó a su asistente si podía revisar a su agente que vivía en un pueblo al otro lado del bosque, y su asistente dijo: “Por supuesto, pestañas. Usted tiene un contrato no exclusivo y puede consultar a su agente en cualquier momento que desee, pero tenga cuidado y no diluya, porque el bosque puede ser un lugar peligroso. Ve directamente allí, y envíame un mensaje de texto cuando llegues, así que sé que estás bien “.
“Claro, claro”, dijo el tabby. “Tranquilízate.”
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Pero cuando el Tabby observó el nido de un pájaro en lo alto de un árbol, olvidó su promesa a su asistente. Disfrutó de las aves aventuras, escuchó algunos chirridos e incluso intentó, sin éxito, para escalar el árbol.
El Tabby estaba disfrutando tanto del día que vagó del camino y se perdió.
Intentó retroceder sus escalones, pero eso solo lo llevó en un círculo. “Hombre, esto chupa”, dijo el tabby, “¡y ni siquiera puedo obtener una señal en mi teléfono!”
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Justo cuando empezaba a preocuparse si alguna vez va a tener otra lata de salsa, el Tabby escuchó un sonido familiar.
“¡Pestañas! ¡Atigrado! ¿Dónde estás?”
Fue la voz de su asistente llamándolo en la distancia, e inmediatamente lo siguió de regreso a casa.
Cuando se acercó a la puerta, se abrió, y allí estaba su asistente. “Cuando no me envié un mensaje de texto”, dijo, “llamé a su agente. ¿Lo que le pasó? ¿A dónde fuiste?”
“Soy el CFO [Jefe Feline Oficial] de esta empresa. Puedo ir a donde quiera “, dijo el Tabby, y su asistente frunció el ceño.
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En secreto, sin embargo, el tabby se sintió aliviado y agradecido. Su asistente puede haber salvado su vida, o al menos su noche. Es cierto lo que dicen: la buena ayuda es difícil de encontrar.
Su amigable adicto a la apelación del vecindario,
Karen
